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<DIV><FONT face=Arial size=2><FONT face="Times New Roman" size=3>Las muchas
caras de la verdad<BR><BR></FONT><A
href="http://www.lanacion.com.ar/04/06/09/sl_608666.asp"><FONT
face="Times New Roman"
size=3>http://www.lanacion.com.ar/04/06/09/sl_608666.asp</FONT></A><BR><BR><BR><FONT
face="Times New Roman" size=3>Lo comentamos la semana última: los indicadores
mundiales en ciencia y<BR>tecnología registran un notable aumento de las
publicaciones de científicos<BR>locales en revistas internacionales de alto
"impacto"; es decir, muy citadas<BR>por otros científicos.<BR><BR>Sin embargo,
no todos sonríen ante esta multiplicación de trabajos<BR>argentinos registrados
en el Science Citation Index, que casi se duplicaron<BR>entre 1990 y 2002. Por
el contrario, hay quienes -como Sara Rietti,<BR>coordinadora de la maestría en
política y gestión en ciencia y tecnología de<BR>la UBA- se sienten inclinados
al escepticismo...<BR><BR>Para Rietti, estos resultados no reflejan un triunfo
sino una derrota: la<BR>del vaciamiento de identidad de nuestra ciencia, que "ha
tenido diversas<BR>manifestaciones y etapas desde 1966, y culmina en los últimos
años,<BR>produciendo resultados que guardan un cierto paralelo con el fenómeno
de la<BR>producción récord de la soja transgénica (acompañada por el crecimiento
del<BR>número de desocupados y excluidos, y la explotación minera de la
fertilidad<BR>de nuestro suelo)".<BR><BR>Rietti argumenta que éste no es más que
un resultado de las fuerzas que<BR>operaron en la década de los noventa. "Los
organismos internacionales<BR>recomendaron ajustar los presupuestos nacionales
-escribe-, promoviendo una<BR>fuerte racionalización en la educación (con
resultados a la vista), y un<BR>fuerte énfasis en las universidades
públicas."<BR><BR>"Nació entonces en la universidad (principal nicho de
producción científica)<BR>como estrategia para paliar la escasez, el régimen de
incentivos a la<BR>investigación, que premia la producción científica, medida a
través de un<BR>régimen contable (bueno para almacenes minoristas) -ironiza-. Se
contabiliza<BR>el número de papers en revistas con referato, cuantificadas a su
vez por el<BR>impacto de éstas. Sin detenernos en el recorrido -y a sabiendas de
que el<BR>fenómeno venía asomando y fue tempranamente denunciado como
cientificismo<BR>por Oscar Varsavsky en la década del 60-, el hecho es que
nuestra producción<BR>científica comenzó a crecer fuertemente a costa de
aumentar la dependencia<BR>en cuanto a temas, grupos y forma de aproximación;
todo lo necesario para<BR>facilitar el acceso a las publicaciones mentadas, por
lo cual no sólo somos<BR>eficientes en cuanto a preparar científicos «for
exportª, sino que éstos<BR>producen barato desde casa."<BR><BR>"Si hemos de
hacer contabilidad, hagámoslo en serio y contabilicemos la<BR>creatividad y el
capital humano que estamos regalando, además de los fondos<BR>públicos que
sostienen ese esfuerzo. Recordando también que el momento<BR>fundamental en el
hacer ciencia es el de las preguntas, y hoy nuestra<BR>ciencia más productiva
las lee en los labios de los científicos del primer<BR>mundo, que a su vez las
descifran de las necesidades de los grandes grupos<BR>económicos. Los que
invierten en ciencia e innovación, palabrejas tan de<BR>moda, porque dan buenos
dividendos en la Bolsa. De ahí que mi opinión sobre<BR>ese prodigio argentino
sea algo más escéptica."<BR><BR>Sin duda, la realidad es compleja y tiene muchas
caras. Es que, como decía<BR>André Maurois: "La única verdad absoluta es que la
verdad es relativa".<BR><BR>Por Nora Bär<BR></FONT><A
href="mailto:ciencia@lanacion.com.ar"><FONT face="Times New Roman"
size=3>ciencia@lanacion.com.ar</FONT></A><BR><BR></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2>Hugo Scolnik </FONT></DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2>No one really listens to anyone else, and if you
try it for a while you'll see why.</FONT></DIV></BODY></HTML>