[Lcefiec] SINERGIA y la crisis de la UBA

SINERGIA sinergia@sinergiaexactas.com.ar
Wed, 13 Dec 2006 16:54:26 -0300 (ART)


Todo cambio que tenga la intención de ser duradero tiene dos enemigos. Los
reaccionarios y los falsos Mesías. Los primeros porque en su afán de
mantener su nicho harán lo posible para evitar el cambio. Los segundos
porque ya sea con falsos discursos o promesas irrealizables, conducirán la
voluntad de cambio hacia el fracaso, buscando su propio provecho en ese
camino.

Desde SINERGIA creemos que en el mundo de la política Universitaria se
mezclan: poder, ideales, intereses particulares, intereses comunitarios,
intereses partidarios, diferentes concepciones de
la universidad y de su relación con la sociedad, así como infinidad de
circunstancias particulares. Y de esa forma no es fácil ver todas las
implicancias de las posturas y discursos de los diferentes actores
políticos.

Sin embargo creemos que en el conflicto actual que atraviesa la UBA, hay
ciertas actitudes que son claras.

Para nosotros los diferentes sectores que apoyaron la candidatura de
Alterini son, en mayor o menor grado, la expresión de la política
reaccionaria. Ellos defienden, por sobre los intereses de la comunidad,
sus propios intereses económicos y políticos. Utilizando los espacios de
poder y decisión que la sociedad delega a los miembros de la comunidad
universitaria en pos de su exclusivo provecho, y por ende, se
oponen a cualquier intento de cambio.

Sin embargo la FUBA, en su aparente inflexible cruzada contra los sectores
más reaccionarios: esconde falacias, inconsistencias e intereses que,
creemos, no se apartan mucho de lo que dicen combatir. Creer que el cambio
se logra sólo con consignas vacías y el uso de la fuerza como forma de
lograr las cosas
sin tener detrás un proyecto serio y viable conduce al fracaso del cambio.
Ese fracaso, a su vez, fortalece las estructuras actuales y la inacción e
indiferencia por parte de la sociedad en un futuro intento de cambio.

*La Historia*

Hace poco más de un año se renovaron todos los consejeros directivos de
los tres claustros de todas las facultades. Por voto indirecto se fueron
renovando los decanos y el Consejo Superior hasta llegar al momento de
elegir rector. En todos los claustros, resultó victoriosa una alianza de
radicales, peronistas y figuras de la derecha del espectro político. De
esta forma obtuvieron las tres mayorías de Claustro en Consejo Superior.

Así, y con el voto de Minoría de Profesores de Exactas, el Shuberoffismo
recuperó las tres mayorías de cada claustro.


Fue en ese momento cuando gracias al masivo rechazo por gran parte de la
sociedad y la mayoría de la comunidad universitaria, junto a la
movilización y toma del Nacional Buenos Aires por parte de los estudiantes
y la FUBA, se impidió la elección de Alterini como rector.

Así también se dió tiempo a que en paralelo un grupo de consejeros y
decanos recientemente electos, que contaban con respaldo en Ciencias
Sociales, Arquitectura, Filosofía y Letras y Exactas, elaborasen un
programa claramente opuesto al programa reaccionario de Alterini,
Shuberoff, y compañía.

Este programa alternativo, que impulsaba a Alberto Kornblihtt como
candidato a rector, y que incluía entre otras cosas el reclamo por más
presupuesto, la discusión de la reforma de estatuto, la oposición a la
existencia de los ad-honorem; y demás puntos planteados por la FUBA y por
los demás sectores que se oponían al Shuberoffismo, contó con nuestro
apoyo activo desde su génesis. (ver www.forodeexactas.com.ar/rectoruba2006
)

Sin embargo, pese a que el proyecto era de indiscutible oposición al
modelo Shuberoffista de Universidad, y que coincidía en la mayoría de los
puntos solicitados por la FUBA, la misma se negó a aceptarlo porque no
encajaba con su plan de lucha. Este proyecto, que para nosotros era
claramente distinto, no logró alcanzar el apoyo necesario fuera del grupo
de consejeros de Exactas, Filosofía y Letras, Sociales y Arquitectura,
quienes hicimos lo posible para impulsarlo.

Luego de esto, y ante la imposibilidad de alcanzar una salida a la crisis,
se organizaron infinidad de discusiones y negociaciones para destrabar el
conflicto. Negociaciones de las cuales, al menos parte de la conducción de
la FUBA participó activamente.

Hoy después de un año y varios intentos de acuerdo frustrados, un grupo
mayoritario de asambleístas (tanto profesores, graduados como estudiantes)
pro y anti-shuberoffistas llegaron a un acuerdo del cual ni nosotros ni la
FUBA participa. Aunque este acuerdo lleva como consignas gran parte de los
reclamos que originalmente sostenía la FUBA, incluidos por la
participación en el acuerdo de sectores anti-shuberoffistas, y no de la
FUBA, también es cierto que muchos de los actores hoy presentes en el
acuerdo afirmaban sostener la mayoría de estos puntos cuando alzaron a
Jaim Etcheverry como rector de la UBA en 2002, y estos nunca fueron
llevados a la práctica.


*¿Por qué no apoyamos el acuerdo?*

Porque creemos que si bien es un avance respecto a la situación inicial,
el acuerdo no alcanza a representarnos, ya que el mismo incluye actores
con quienes no estamos dispuestos a trabajar debido a que materializan un
modelo de universidad que no compartimos y procuramos modificar (como Juan
Carlos Mas Velez, ex Sec. General de Shuberoff; o Alberto Barbieri, Decano
de Económicas que apaña a la Franja Morada, una agrupación que ha
materializado sus persecuciones políticas en golpizas).

Sin embargo, no creemos que éste sea argumento para jugar a todo o nada.
Entendemos que cualquier intento serio de lograr un cambio debe incluir
instancias de diálogo y negociaciones en el buen sentido de la palabra. En
esta ocasión, como en muchas otras, disentimos con las mayorías de
Profesores y Graduados de nuestra Facultad (con las que compartimos un
proyecto de gestión), que sí han aceptado el acuerdo. Pero creemos que
nosotros debemos expresar nuestro disenso, con un proyecto claro, a pesar
de saber que nuestra postura es minoritaria dentro de la Asamblea.Tal como
lo hicimos al dar quórum (sabiendo que íbamos a perder) para que sesionara
el congreso ordinario de la FUBA, tal como lo hicimos cuando presentamos
nuestra propia lista para Consejo Superior, mostrando una alternativa a la
conducción estudiantil afín al Shuberoffismo, así como una alternativa a
la conducción estudiantil de la izquierda partidaria.

Creemos que aceptar el desafío de la democracia es una gran
responsabilidad que debe incluir de manera balanceada, por un lado el
esfuerzo en la lucha contra los intereses mezquinos y particulares que se
esconden tras la fachada del modelo, y por otro el respeto por el diálogo,
la necesidad de los acuerdos como manera de salvar las diferencias, y
aceptar que cada uno debe hacer el mayor esfuerzo posible desde su
posición, pero considerando la opinión de la comunidad universitaria.

Sin embargo, creemos que la Asamblea en estas condiciones debería
realizarse en espacios abiertos, con un debate de cara a la sociedad, sin
policía ni restricciones más que las dadas por el propio lugar de reunión,
al ingreso y permanencia a las personas que quisiesen presenciar su
desarrollo. Debe ser un lugar de debate y discusión, para poder
transformar realmente la Universidad, y no simplemente elegir una figura
administrativa. Tampoco creemos que haya sido correcta la forma en que se
convocó a la Asamblea, en un Consejo Superior secreto al cual varios de
sus miembros (como los consejeros de las minorías estudiantiles, que
responden a la FUBA) no fueron invitados, pero tampoco creemos que sea
mediante la
violencia física o las amenazas que se vaya a resolver la crisis de la
Universidad.

Por estas dos causas no asistiremos a la Asamblea convocada para el día 18
de Diciembre en el Congreso de la Nación. Invitamos a la comunidad
universitaria (docentes, graduados, estudiantes y no docentes) y también a
la sociedad entera a expresar su opinión de modo no violento el mencionado
día en la Plaza del Congreso. No creemos, como pretenden algunos, que la
salida a esta situación sea ir a asaltar con violencia la sede del
Congreso para que la televisión y los diarios se nutran de imágenes de
compañeros ensangrentados, de modo de obtener luego rédito político de un
premeditado y lamentable espectáculo.



Creemos que la salida de esta crisis es a través de una reformulación de
cuál es el rol de la Universidad. Debemos elaborar una lista de
necesidades seria y justificada que lleven a un reclamo presupuestario
fuerte, de modo de aumentar el numero de docentes rentados y también
incrementar los gastos en funcionamiento, infraestructura, ciencia,
extensión y becas. En necesario hacer un relevamiento de las necesidades
reales de cargos docentes para que la universidad funcione correctamente,
propiciando la docencia con dedicación exclusiva y semiexclusiva en todas
las Facultades, y también de los cargos que actualmente dispone la UBA, de
modo de llamar a concurso la diferencia entre lo necesario y lo que ya
tenemos. De este modo, tendremos docentes que hayan sido seleccionados por
necesidad y aptitud en lugar de amiguismos, o buena letra.

Es absolutamente necesario transparentar el uso de los recursos económicos
a todos los niveles institucionales, haciendo especialmente énfasis en los
recursos propios de cada facultad que suelen ser usados a total discreción
y sin rendir cuentas. Hay que llegar a un consenso de manera que las
facultades reformulen sus planes de estudio para que el título de grado
incluya todos los contenidos necesarios para la completa formación de los
alumnos. Debemos luchar por que todos los postgrados de tendencia
académica y aquellos que la Universidad considere necesarios sean
gratuitos.

Democratizar la UBA no pasa sólo por rever las proporciones de
representación en sus órganos de gobierno, sino que esa es sólo una de
entre las múltiples cuestiones a discutir en la vida política de la UBA.
La falta de democracia se ve ya en las aulas, donde en general no se
enseña a cuestionar y pensar los modelos que se nos imponen. Hoy debemos
repensar, por ejemplo, si las estructuras de cátedras profundamente
verticalistas son las adecuadas para impulsar un cambio, o si necesitamos
nuevas que se adapten a las necesidades de la sociedad de hoy. Es
necesario regularizar la planta docente de la UBA, e impedir que sean los
Decanos, con acuerdo de los Consejos Directivos, los que tengan la
potestad de nombrar docentes interinos sin ningún tipo de selección o
llamado, y que en muchos casos terminan siendo sus amigos, cosa que
afortunadamente en Exactas no sucede.

Creemos en una Universidad que cumpla un rol transformador en la
comunidad, que se plantee como meta reducir las desigualdades existentes a
través de la creación de conocimiento y su transferencia a la sociedad.
Debemos formar personas que sean capaces profesionalmente u originales
como investigadores, pero que también estén dispuestos a servir a la
sociedad en vez de a intereses individuales, que posean un espíritu
crítico, proveyéndolas de elementos que les permitan resolver las
problemáticas que las rodean y respetando la identidad cultural de la
sociedad de la que forma parte.


Salvar a la UBA hoy implica un cambio de las estructuras de relaciones que
nos lleven a tener una Universidad vinculada con la sociedad, creadora de
conocimiento, donde se fomente un pensamiento crítico y reflexivo hacia el
mundo que nos rodea, y que pueda encaminarse hacia una Universidad
transformadora del ambiente que la rodea, de modo de superar las
desigualdades sociales hoy existentes, y no un simple acuerdo entre
asambleístas para elegir rector.

Esta otra Universidad, no va a llegar hasta que sea la mayor parte de la
comunidad universitaria la que la respalde, y la que forme parte de ella,
y trabaje para buscarla. Porque sólo cuando todos los que formamos parte
de la Universidad la sintamos como propia, este otro proyecto se va a
poder cristalizar.
Porque aquí nadie hablaría desde arriba y todos dirían desde abajo, porque
la palabra de uno valdría lo mismo que la palabra de otra, y así,
construyendo con palabras que vienen desde lugares distintos tendríamos
más que la simple suma de esas palabras. En este otra forma de
construcción no gana uno sino ganan todos, y así, para ganar no debemos
hablar sino escuchar.


Claramente la actual crisis de la UBA no es un problema de elección de un
rector, ésa es únicamente la cara visible. El verdadero problema esta en
las prácticas políticas, y eso se cambia con un trabajo constante todos
los días del año.

Hoy la comunidad universitaria debería levantar su voz en alto y empezar a
debatir puertas afuera, qué Universidad queremos. Es éste el camino para
refundar la Universidad y no el de un acuerdo de consejeros. Invitamos a
todos y a todas a recorrer este otro sendero para llegar a esta otra
Universidad.


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